martes, marzo 07, 2006

Vieja, mi querida vieja…

Hoy no es una mañana como cualquier otra, en realidad si lo es, pero el hecho de que hoy sea 7 la convierte en la excusa ideal para escribir sobre ella, algo que no me he permitido en todo este tiempo. Es que hace un mes exactamente, el 7 de febrero de 2006, mi querida abuela abandonaba este mundo para dirigirse quien sabe a dónde… (pues aún no conozco a nadie que me haya contado que sucede del otro lado, sólo tengo suposiciones y creencias pero ninguna certeza, y además no es mi intención discutir sobre eso ahora).
Con sus tres nietos generó complicidades distintas, nos quiso a todos de manera diferente (es más, siempre fue vox populi su debilidad por mi hermano) pero cada uno de nosotros sabía lo especiales que éramos cada uno para ella. Nos amó a los tres más allá de todos nuestros defectos y de todas nuestras virtudes y de la misma manera la quisimos los tres. Pues siempre pudimos verle y decirle las cosas de ella que no nos gustaban o lo que nos hacia enojar, lo cual casi siempre tenia el efecto contrario, pues se divertía acentuándolo para pelearnos más y más. Finalmente desistí de toda posibilidad de cambiarla y cuando la acepté tal y como ella era, comenzó otra etapa entre nosotras (y acá si que empiezo a hablar por mí misma, pues seria demasiado atrevido de mi parte suponer los sentimientos de mis hermanos).
Una de las cosas que mi abuela sabia que me enojaba bastante (porque me dolía claro está) era cuando me decía hasta cuando quería vivir. Obviamente que cuando ese acontecimiento llegaba y lo vivía, buscaba invariablemente otro. El primer recuerdo de eso que tengo, es cuando decía que seria feliz si sólo viviese hasta verme cumplir 15 años (si si hace tiempo, ya lo sé! pero tengan en cuenta que yo tenia como 8 años cuando empezó con esta matraca), luego seria hasta los 18 de mi hermano varón y cuando todo eso pasó y ella afortunadamente continuaba entre nosotros, se le ocurrió que quería estirar su permanencia hasta los 15 de mi hermana menor (eso implicaba como 5 años más!!). Al otro día del festejo del cumpleaños de 15 de mi hermana, tenia que inventar algo más, y que mejor idea que decir que quería ver a su nietecita mayor (léase yo!) casada. Diga que la cosa estaba más o menos digerida y en 4 meses me casé. Pero, y ahora qué nos preguntábamos todos. Y la seleccionada fui yo nuevamente, “Fijate nonita,” como ella me decía, “te das cuenta ¿un bisnietito? Mi bisnietito, ¿llegaré a conocerlo???” Transcurrieron casi 3 años más y para que aclarar que no sólo compartió mi embarazo, sino que vio nacer a Maxi y cuando dijo que no lo vería cumplir su primer añito, allí también estaba ella presente. Eso creo que la convirtió en inmortal al menos para mí, pues los años se sucedían uno detrás del otro y ella siempre, por suerte, estaba allí junto a nosotros, en cada evento importante de la vida de sus nietos y de su bisnieto. Luego vino la emigración, cosa que creo que como medida de autodefensa no quiso entender (que ya no estábamos más) y se dejó convencer de que tanto trabajo y el nene, me quitaba tiempo para ir a verla más seguido. Uyyy, ¡cómo la disfruté el año pasado cuando estuvimos en Uruguay! Al igual que cuando partí en agosto de 2004, volví a despedirme de ella, a mi manera (quizás intuía que ya no la vería más), diciéndole lo de siempre, cuanto la quería y cuanto aprecié siempre su compañía. Le recordé nuestras escapadas solas a Florianópolis y a Chile y cuanto nos reímos y divertimos. Porque a pesar de ser una mujer que no tuvo una vida sencilla y mucho menos fácil, siempre sonreía y nunca se dejaba abatir por ningún contratiempo que la vida le presentase. Alegre, conversadora, extremadamente porfiada, compañera, cariñosa, militante y defensora de causas justas y aún más de causas perdidas, justiciera incansable… son algunos de los muchos adjetivos que la califican.

Hoy la dejo ir porque sé que ya nunca partirá y me alegra saber que siempre supo cuanto la amé. Por eso, sin dudas que lo que más me acompañará será su hermoso recuerdo y eso como alguien me escribió cuando le conté la noticia es en definitiva tomar conciencia de que “la muerte no existe, sólo existe la vida o su ausencia y ser inmortal no es no morirse sino encender en otros corazones la llama de la libertad, de la justicia y del amor para perdurar en su recuerdo” y eso justamente es lo que hará que se quede junto a mi para siempre.
Querida Abuela Luisa, esto no es un adiós, es sólo un hasta pronto…aunque vas a tener que esperarme un poco pues… fijate vieja que quiero vivir hasta que conozca a los bisnietos de Maxi, después de eso como tu decías podré morir en paz!
Te quiero, tu nieta Vero

2 Comments:

At 8:19 p. m., Anonymous Anónimo said...

Querida Vero:FELICITACIONES.Te sabia inteligente,emprendedoray una gran laburante.Hoy te admiro por la avidez POR EL CONOCIMIENTO QUE PONES A TODO EMPRENDIMIENTO.Tengo la seguridad que conocerás EL ÉXITO. Muchas
gracias por hacerme participe de este nuevo desafio. Te quiero mucho. NORA

 
At 11:39 a. m., Anonymous Anónimo said...

Mellegó al corazón.
Gracias por compartirlo...

 

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