domingo, marzo 19, 2006

Amor a segunda vista

No nos conocíamos. Había oído hablar de ti por otras personas. Había leído algo sobre ti pero deseaba hacer mi propia experiencia. Lo poco que conocía me bastaba para animarme a ir hasta ti. Llegué con muchas ilusiones y muchas más expectativas. Mi primera impresión fue de desolación total y pensé que me había equivocado. De todos modos algo muy dentro de mí me decía que no podía haber errado tanto y que quizás debía darte una segunda mirada, una segunda oportunidad.

La mañana de nuestro encuentro se mostraba prometedora, el sol brillaba con mucha fuerza. Cuando comencé a conocerte no me atrajiste como yo tanto lo había soñado. A medida que avanzaba, que recorría cm. a cm. tu estructura toda, me gustabas menos. Mi primer pensamiento entonces fue que si la primera impresión no era buena seria entonces, que quizás me enamoraría de ti en la segunda; algo así ya me había sucedido antes.
.
Sobre el mediodía y luego de instalarnos, decidí dar otro paseo y esta vez me dispuse a abandonar mi primera sensación. Despojada de ella, ya con otros ojos, comencé a descubrir que lo anterior no era quizás todo tu potencial y que sólo había visto una parte de ti. Pero acaso ¿yo también no poseía aspectos menos claros en mi vida y sin embargo me amaban igual? ¿Por qué contigo entonces no podía ser así?

Nuestro segundo paseo fue de descubrimiento total. Claro me llevaste hacia uno de tus mejores rincones y me mostraste casi lo mejor de ti. Y allí el flechazo fue total. Supe que serias para mi y yo para ti. Y que contigo encontraría lo que buscaba. En tí podría volver a construir lo que había tenido que, llevada por las circunstancias, deshacer con gran dolor.
.
A medida que el tiempo fue pasando, te me fuiste revelando. Impresionante. Recorrer cada parte de ti y conocerte cada vez más se convirtió en un éxtasis total. Aún hoy no te conozco totalmente, pero ¿y tú a mi? Y eso es lo que me gusta en ti. Saber que todos los días puedo descubrir algo nuevo. Que a la vuelta de la esquina ¿quién sabe que encontraré?

Hemos transitado las cuatro estaciones. No todo ha sido fácil, me has puesto ante varias pruebas y creo que las hemos superado exitosamente. En estos meses me diste lo que buscaba y más. Si si, ya sé que yo también me esforcé por encontrarlo, pero no puedo evitar pensar que si no me hubieses estado esperando con los brazos abiertos y no nos hubiésemos permitido una segunda mirada…uyyyy cuánto que habríamos sufrido. Sin dudas que nuestro proceso hubiese sido más difícil y quien sabe si lo hubiese conseguido.

Es así mi querida Montreal, llegué a ti buscando reconstruir mi hogar y lo logramos, es un mérito tuyo y mío. ¡Gracias! ¡Estoy nuevamente en casa!

Vero


Estadisticas de visitas