Miradas intimistas pero no simplistas II

Cerrando puertas…

… y no tanto

Aún no comprendo muy bien porqué tú y yo nos encontramos. Aún no entiendo porqué me pasaron muchas cosas contigo. Aún sigo sin captar tu silencio. Aún me duele tu partida. Y aún con todas estas dudas, HOY es el día. Hoy es cuando te irás de mi vida. Ya lo he decidido.
Esto tiene que tener un final, así como tuvo un inicio. Este capítulo ha llegado a su fin, es el último del libro, así que lo cerraré y esperaré al siguiente o tomaré otro. Comenzaré con las mismas o con más ganas el próximo libro que llegue a mí, y lo devoraré como a este. Y así cuando llegue al final de él, nada tendré que reprocharme pues lo habré disfrutado al máximo. Me habrá regalado todo su contenido, ese, el auténtico, el propio. Yo habré soñado con él, habré viajado hasta lugares insospechados una y otra vez, en vuelo colosal. Y volveré, y así estaré dispuesta a comenzar con el primer capítulo de mi otro nuevo libro. Habré crecido, habré experimentado, habré sentido y por sobre todas las cosas habré vivido.
Aferrarse a algo que nos impide respirar…hasta cuándo es saludable y cuándo deja de serlo, me pregunto. Supongo que cuando podemos separarnos de ello y ver cuanto nos ahoga, entonces es momento de decir basta y por más que creamos que es imposible, arrancarlo de cuajo, cual mala hierba en nuestro jardín, es la mejor solución. Es que acaso ¿todos somos insustituibles? ¿El mundo dejará de ser y de girar porque ya no estemos más? El sol continuará alumbrando a aquellos que se lo permitan y la luna…ahhhh la luna, seguirá acompañando a los amantes como lo ha hecho desde los siglos de los siglos. Es momento de cerrar esta puerta. Tú lo sabes y yo lo sé. Es un duelo de los tantos que ya vivimos y muy parecido quizás a los que nos faltan por vivir. Pero finalmente de eso se trata, ¿no? De no quedarse atrapado en la quietud de los pensamientos y del no accionar. Somos dueños, amos y señores de nuestro destino. Y por eso decidimos. Bueno, tú ya decidiste. Ahora decido yo. Aquí se acaba. Hoy te vas. Un placer haberte conocido. Más placer haberte amado así. Tú te lo perdiste. Ambos lo perdimos. Vuelve a tu vida, a todas tus prioridades. Yo ya estoy en la mía. Y ¡qué linda que es! CHAU!!
…Ah y por si no te diste cuenta, no te cerré la puerta, te la abrí de par en par para que te fueras bien ido!

Vero

Dedicado a todos aquellos que tememos abrir las puertas para dejar ir aquello que nos hace doler y sufrir. Si las cerramos, podemos caer en la tentación de volver sólo para abrirla y comprobar que ese fantasma aún permanece allí. Despidámoslo y dejémoslo partir. Parte de avanzar es tener la capacidad de superar los peores obstáculos sabiendo que por alguna razón, que seguramente hoy desconocemos, esto servirá para nuestro crecimiento y para ser cada vez más libres.