martes, marzo 21, 2006

Re-corriendo mi mañana

Desperté esta mañana más cansada que de costumbre. O baja de energía, como alguien me dijo. Aclaro que anoche me acosté y me dormí más temprano, sinceramente, creo que hace más de un mes que no lo hacia con tanta paz y menos a esa hora (para los curiosos eran las 22:15). Bueno, no importa anoche. Sigamos con esta mañana. Por supuesto que siempre corro, pero hoy tomé mi ducha con más calma, quizás para despertarme, y dejé que el gordito durmiera un ratito más. Mientras secaba mis cabellos, Nico llamó y largó la noticia. El metro no estaba funcionando, al parecer había una fuga de agua en la estación Pie IX (para variar es la queda a 5 minutos de la casa); los trabajos iban para largo. Eso por supuesto que complicaba la logística matinal. Y ni que aclarar que yo ya venia retrasada. Miro por la ventana y está todo gris. Encima miro el pronóstico del tiempo y hace bastante frío, o yo lo siento más debido a mi alicaído espíritu. “Rayo Vero” prontamente apura a Maxi, nos abrigamos bien y decido tontamente que conseguiré un taxi. ¡No imposible! Con toda la gente varada con este lío del metro es peor que encontrar aquella famosa aguja perdida en aquel pajar… Decido que nos vamos a la calle pues sé que tengo posibilidades de enganchar un bus. Salimos, el viento golpea nuestros rostros y se nos hace difícil avanzar. Finalmente llegamos a la “escuelita” y allí se queda. Pero ahora viene toda la vuelta hacia la oficina. Eso implica repetir más o menos el mismo camino pero en sentido inverso. En general lo hago en metro, y no me lleva más de media hora, pero como hoy no hay, tengo que pensar en otras alternativas. En la esquina de donde estoy el siguiente bus pasará en 15 minutos, demasiada espera (aclaro nuevamente que ya vengo retrasada). Así que camino hacia otra calle donde sé que probablemente el bus pasará antes de 15 minutos. Voy llegando a la parada y zás! Pasa y lo pierdo. Mientras observo la hora del próximo bus comienzo a desesperar, es en 23 minutos. Decido nuevamente caminar hacia otra calle importante, donde también pasa un bus que me sirve. Justo cuando casi llego al nuevo destino, luego de sufrir un viento insoportable durante dos largas cuadras, el condenado 18 pasa y lo pierdo. A esa altura de la mañana, se imaginarán que ya llego tarde a la oficina, que estoy cansada y que sólo quiero volver a mi casa, meterme en mi cama calentita y dormir hasta nunca jamás o hasta que este estado inanimado se me pase. Pero eso es pura ilusión. El siguiente bus es en 16 minutos. Miro para aquí y para allá y ni siquiera un sólo taxi, nada. Para hacerla corta, mientras espero esos minutos al frío y al viento, y mientras inútilmente pretendo escuchar el discman, cosa que no puedo porque me olvidé el CD en casa (¿ALGO MAS?), no puedo evitar pensar en que día de miércoles, aunque sé que es martes. ¿Será que yo ya me levanté mal y por eso pareciera que nada brilla hoy? Una hora después de lo acostumbrado llego a la oficina. Por suerte mi jefe tuvo problemas también con el metro, lo que lo retrasó considerablemente y me otorgó que yo llegase antes que él (como 3 minutos pero no importa).

Había decidido que con este día no habría post alguno pues era evidente mi estado de ánimo y mis pocas ganas de conversar, pero acabo de recibir un mail que le ha dado calorcito a mi corazón y que me reafirma que nunca todo es tan gris como esta mañana que he vivido. Como ya escribí ayer, depende fundamentalmente de nuestro estado de ánimo como aceptamos lo que nos sucede en el día a día. Lo que les conté no tiene nada de grave ni nada de importante, pero yo no me levanté de buen pie y le di más importancia de la que realmente tiene. Por suerte, aún me queda algo de cordura para verlo y modificar aquello con lo que no estoy a gusto. Por suerte también, por aquí y por allá, he creado una red de afectos que sin que se los pida dan su señal justo cuando lo necesito. ¡Gracias a todos y cada uno de ustedes!
Acá les copio una partecita de su correo, sé que lo quería poner en comentarios y no pudo por problemas digamos técnicos, pero bueno no podrá quejarse, para ser su primera aparición pública quedó en el post principal.
Vero:
Desde el otro día en que me enteré que existe el blog "Mi mirada desde Montreal", lo abro diariamente, o por lo menos lo hago en lo posible. Tendría un comentario para cada uno de tus escritos, pero hoy me voy a referir al último, o sea "Tolerancia". Además de decirte que a mi parecer está todo muy bien expresado, confieso que es exacto lo que nos sucede en la vida cotidiana, viendo las cosas reaccionando de acuerdo al momento en que estamos viviendo. Debemos ser tolerantes. No es fácil aplicarlo, pero debemos esforzarnos para lograrlo. Así tendremos un mundo mejor. Felicitaciones por tus pensamientos!!!!
Brenda

Nota para los suspicaces: Aclaro que el viaje que intento hacer es de oeste a este de la isla y en general a la mañana la gente se desplaza en el sentido inverso. Por eso es que las frecuencias entre los buses son tan espaciadas, pues hay poca gente que hace esos recorridos. Creo que no es necesario aclarar que mi estado es otro, no?

Vero

2 Comments:

At 7:01 p. m., Anonymous Anónimo said...

Gracias a Dios vivo en una población más pequeña, aún así, es rara la mañana que por el camino, en coche propio, voy arrojando todo mi mal genio; al coche autoescuela, al autobús... Últimamente, no amanecen buenos despertares, no veo salir el sol.
Llegada al trabajo – Buenos días - ¿Palabras clave? Puede ser. Comentarios, risas... Hay momentos que es bueno sentir a los demás.

 
At 9:16 p. m., Blogger VeroMontreal said...

Eso Lobo hay momentos en que es bueno sentir a los demas, sentir que uno no transita solo.
Gracias por tu visita.
Vero

 

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