lunes, marzo 20, 2006

Tolerancia

Cuando un conflicto estalla, entre dos o más personas no puedo dejar de preguntarme por qué sucede. Creo sin dudas que cada uno transita esta vida cargando en sus espaldas un montón de hechos, acontecimientos, afectos, percepciones y sensaciones y muchas otras cosas más.
Así nos enfrentamos cotidianamente a un sinfín de situaciones que nos hieren o que nos llegan más de lo que deberían, y eso incide más o menos dependiendo del estado de ánimo que presentemos en ese mismo momento, en ese mismo instante. Si transitamos un buen periodo de nuestra vida, lo más probable es que lo dejemos ir y que no le demos mayor importancia. Si estamos transitando un periodo menos fácil, seguramente entonces todo nos parezca personal y nos afecte más de la cuenta.
Y allí es cuando comenzamos a buscarle la quinta pata al gato, a rebuscar y a intentar leer entre líneas cosas no dichas o escritas. Todo lo que percibimos del exterior es absolutamente decodificado según nuestro patrón de ánimo y así es como reaccionamos. Nos sulfuramos, gritamos y lastimamos, pues por qué no habríamos de hacerlo, ¿acaso no acaban de hacerlo conmigo hace un rato?
Y aquí es donde yo me planto. No entro más en esos juegos. Tú empezaste y yo te contesto y así indefinidamente. Cuando somos intolerantes, no sólo lastimamos a los demás sino que nos estamos midiendo con la misma vara. Y es la vara que les damos a los demás para que nos traten. Me niego a ser intolerante, no es un valor que quiero cultivar y trato en la medida de lo posible de mantenerlo lo más alejado de mi y de los míos. Pues ¿cómo podría explicarle a mi hijo la razón de tantas guerras sin sentido en este mundo si yo misma practico la intolerancia?
Creo en lo oportuno de pedir perdón cuando la situación así lo requiere y creo también en la aceptación del mismo. Sólo así podremos mantener y engendrar la paz. Si así comenzamos a hacerlo en nuestro pequeño círculo y a extenderlo, porqué no pensar que un día todos seremos más tolerantes con el prójimo y muchas necedades sin sentido quedarán de lado. Quizás les parezca que es un pensamiento un tanto utópico, puede ser, pero prefiero seguir otorgando a los seres humanos el beneficio de la duda y pensar que todos somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario y no al revés.

Vero
"Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio".
Mahatma Gandhi

2 Comments:

At 6:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

Efectivamente, hay que ser tolerantes, escuchar a los demás, y saber pedir perdón, y perdonar.
Yo no siempre, soy impulsivo, y en el momento que me enfado, estallo; como me conozco, cuando me encuentro así, prefiero muchas veces, callar, y dejar la discusión para otro día, pero no siempre...depende, como tu dices, del momento.

 
At 2:20 p. m., Anonymous Anónimo said...

Que te puedo decir, Lobo Impulsiva yo? Como todo en la vida creo que
es parte de autoeducarse uno mismo.

Vero

 

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