martes, marzo 28, 2006

Sol, Luna, Encuentro, Eclipse…

“Le Soleil a rendez-vous avec la Lune, mais la Lune n’est pas là et le Soleil attend.”
Charles Trenet, 1939.

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Cuando él cantaba sobre los encuentros del Sol y de la Luna, no puedo dejar de pensar que sin dudas lo hacía pensando en los eclipses de Sol que tienen lugar cada año atrayendo hordas de astrónomos amateurs de todas partes del mundo. La siguiente cita del Sol y de la Luna tendrá efectivamente lugar mañana miércoles 29 de marzo de 2006. Lamentablemente esto no podrá ser observado desde Québec (ni desde Montevideo), pues ambos astros comenzarán a encontrarse al noreste de Brasil, cruzando el Océano Atlántico para atravesar el noroeste del continente africano. Luego de atravesar el Mediterráneo, pasarán por el norte del Mar Caspio, para irse perdiendo en las estepas de Asia central acabando en la frontera noreste de Mongolia. Claro que será total sólo para aquellos que se encuentren dentro de esta franja o como suele denominarse “banda de totalidad”, en el resto del planeta será observado parcialmente y menos aún cuanto más nos alejemos de esta famosa franja. Dicen los entendidos que la duración de la fase total será de 4 minutos y 7 segundos. Es importante también recordar que una de las recomendaciones más importantes cuando observamos un fenómeno de esta naturaleza, es evitar mirar directamente al Sol, pues nuestras retinas podrían lastimarse seriamente. Hace un buen tiempo ya leí en Internet una leyenda sobre el Sol y la Luna que me gustó mucho y que explica el porqué de esta interdicción. Ante la imposibilidad de encontrarla y poder copiarla aquí, hago para ustedes un poco de memoria.
Hace muchos millones de años ya cuando el Sol y la Luna, quienes brillaban con luz propia, se encontraron por primera vez, se enamoraron perdida y apasionadamente, comenzando así a vivir un gran amor. El mundo aún no existía así que cuando Dios decidió crearlo quedó establecido que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche. Ambos se sintieron invadidos por una gran tristeza al comprobar que este designio los obligaría a vivir separados y ya nunca más se encontrarían.
Viendo esto, Dios los reunió explicándoles por ejemplo, que la Luna no debía de estar triste, pues ahora iluminaría las frías noches encantando a los enamorados. En cuanto al Sol, él seria el “Astro Rey” proporcionando el calor necesario a todos los seres vivos y brindando con su sola presencia felicidad.
A pesar de estas palabras la Luna seguía muy triste. El Sol, muy preocupado ante la tristeza de su amada, rogó a Dios que hiciese algo para aliviar este sufrimiento. En su bondad infinita, éste creó entonces a las estrellas para hacer compañía a la Luna. Ellas hacen de todo para consolarla, pero casi nunca consiguen apaciguar su melancolía…
Ha pasado mucho tiempo ya, ambos aprendieron a vivir así…separados, el Sol pretende ser feliz y la Luna aunque pone su mejor esfuerzo no logra disimular su tristeza. Él arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza.
Dicen los antiguos que la orden de Dios era que la Luna tenía que estar siempre llena y luminosa, todos sabemos que esto no es así….porque la Luna es mujer y una mujer tiene fases. Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es Menguante y allí ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Al crear Dios el mundo, decidió también que ningún amor fuese del todo imposible. Pero, ¿cómo enmendar esta situación del Sol y de la Luna? Fue así que Él creó el ECLIPSE. Es así que hoy, el Sol y la Luna viven esperando ese instante, esos raros, maravillosos y efímeros momentos que les fueron concebidos para amarse.
Así que recuerda, cuando mires al Cielo y veas que el Sol cubre a la Luna, es porque se reclina sobre ella y comienzan a entregarse totalmente. El brillo de su éxtasis en ese acto es tan grande que por ello se aconseja no mirar al Cielo en ese momento…tus ojos podrían cegarse al ver tanto amor.

Vero

4 Comments:

At 1:54 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y pensar que a muchos seres humanos les sucede lo mismo que al sol y a la luna.
Viven dando todo de sí , entregando luz y calor a los demás, y muy de vez en cuando se pueden encontrar para ser felices.
Y a veces ni siquiera se produce el eclipse, y no logran unirse jamás.
Me encantó tu escrito, Vero!!!

Brenda

 
At 3:13 p. m., Blogger VeroMontreal said...

Brenda, sera que hoy prima mi lado optimista, asi que prefiero pensar que en algun momento más acá y más allá del tiempo y del espacio esas almas podran eclipsarse para ser felices.
Besos,
Vero

 
At 6:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Muy entrañable la leyenda de la luna y el sol. Lo peor de todo es que lo de ellos, es eterno.

 
At 7:04 p. m., Blogger VeroMontreal said...

Será que lo PEOR es que lo de ellos es eterno, o será lo MEJOR?
Quien lo sabe, ehhh Lobo?
Ciertas cosas y sobre todo ciertos amores no son para producirse por siempre, más para rozarse eternamente sólo muy de vez en cuando...
Beso
Vero

 

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