Murphy x 2

Ayer lunes tuve una reunión medianamente importante. Digo así, porque personalmente en nada me afectaba, pero por otro lado al haber sido la promotora de dicho encuentro, me sentía responsable de que todo saliera bien. No preveía ninguna sorpresa, era sólo una charla entre dos organismos en búsqueda de puntos en común para desarrollar una prolífica cooperación entre ambos. Pero claro Murphy aplicado, me reventó toda posibilidad de una intrascendente reunión, o sea me aplicó una de sus tantas leyes: “cuando cree que nada sucederá, entonces todo aquello que creía imposible ocurrirá”.
Conozco el otro organismo desde hace tiempo, pero se hicieron las presentaciones de rigor de ambas partes por encontrarse personas de uno y otro lado que mutuamente se desconocían. Hasta acá, todo previsto, nada fuera de lo normal. En un momento, surge mi proyecto, por estar ellos también muy relacionados con los jóvenes. Esto no estaba en la agenda, pero se muestran tan interesados que largo mi speech. Por supuesto que no lo tenía preparado, pero superado el minuto inicial de pánico escénico y como debía hablar sobre lo que hago, puse primera y arranqué con todo lo que tenía. Quedaron pasmados. Escuchar a alguien con pasión es apasionarse también. Así me dijo el ejecutivo de comunicación. Aun procesando su cumplido, me dice: “Su proyecto suena por demás interesante. Por ahora TODO (!!!??) lo que le puedo ofrecer es colaborar con recursos humanos y una cierta ayuda financiera si usted desea seguir haciendo lo mismo”. PLOP, casi me caigo de la silla!!! Saben que soy una persona expresiva, pero creo que esta vez mi expresividad alcanzó su mayor proporción, como en los dibujitos animados se me salieron los ojos para adelante, BOING! Aclaro que al final de mi presentación, yo decía que lamentaba pero que el proyecto se termina en junio por razones más que nada económicas. Mientras me recupero, me explica que deberé armar otro proyecto pero que cuento con ellos, que me apoyan. (Si si, quédense tranquilos que ya arranqué a escribir esta mañana, OBVIO!).
Si piensan que esto que les acabo de contar es la ley de Murphy aplicada en mi reunión, se equivocan. Aun me la aplicaron otra vez más. Seguimos conversando acerca de distintas estrategias de acercamiento entre ambos organismos. La encargada de todos los proyectos con América Latina, que es mi contacto con el organismo, dice que están buscando una persona con cierto perfil para mandar en cooperación a Guatemala. Que es una consultaría por 2 años y que se les hace difícil encontrar a la persona adecuada. Le pregunta a mi jefe si dentro de nuestra organización no tiene a alguien con ese perfil. Es solo una pregunta de cortesía, lo intuyo. Inmediatamente bajo la cabeza. Enseguida me hablan. “Pensamos que tú puedes ser la persona que buscamos”. REQUETE PLOP! Hace 8 meses no era nadie y ahora me acaban de ofrecer un puesto como consultora en Guatemala. ¡Que país generoso, mi Dios! Me suceden muchas cosas en muy poco tiempo. Todo lo que uno es capaz de pensar en 1 minuto, cuando alguien tira un comentario de este tipo sobre la mesa, ¿verdad? En esa pequeña fracción de tiempo, pensé tantas cosas que se me hace difícil escribirlas aquí. Pasé por mi futuro profesional, por la tentación económica, por el nuevo desarraigo de Maxi, por el trabajo de Nico y hasta por encarar una nueva mudanza internacional en menos de 2 años. No puedo dejar de reconocer que pensé también que estaríamos más cerca de Montevideo. Aunque claro sigue siendo igualmente lejos.
Agradeciendo nuevamente la confianza depositada, me negué rotundamente a aceptar dicha propuesta. Dije que por el momento estaba cómoda en Montreal, hay que dejar siempre las puertas abiertas… uno nunca sabe. Por suerte, ya era casi mediodía y nuestro encuentro dio por finalizado.

Decido contarles esto, porque me sigue sorprendiendo el cerebro humano. O quizás MI cerebro. Como en unos pocos segundos, la vida, los anhelos, los sueños, los temores y tantas otras cosas más, pueden pasar delante de uno, así sin más… sólo es necesario que se pronuncien las palabras correctas para que comiencen a movilizarse nuestras neuronas...

Vero