domingo, octubre 01, 2006

Los “machos” del Norte también existen

Y si, mal que me pese acá también existen. Quizás en algún recóndito y perdido lugar de mi mente, tenía la falsa esperanza de que al insertarme en una sociedad donde conviven personas originarias de las más diversas nacionalidades, su espíritu fuese más abierto, pero constato que esto no es así.
Es viernes por la tardecita, llego a casa y la maldita heladera que hace dos días que viene amagando romperse, se declara ROTA. Miro la hora, casi las 18. Difícil encontrar algo abierto, pero más difícil es esperar de brazos cruzados al lunes. Decidimos salir a buscar y tratar de encontrar algo, pues el fin de semana ya está encima de nosotros. Recuerdo una publicidad de una gran casa de electrodomésticos, llamamos y están abiertos hasta las 21 horas. Nos decidimos, salimos de raje para allí.

Antes de salir, convenimos cuales son nuestro piso y nuestro techo del gasto, pues es bien sabido que luego uno se entusiasma innecesariamente. La verdad es que la elección resulta difícil, tenemos 4 o 5 dentro de nuestro presupuesto y nos gustan todas. Se acerca el vendedor (del cual no voy a decir su origen para que no me tilden de racista, pues saben bien que no lo soy) y nos habla de ventajas y desventajas de cada una. Por supuesto, que le responde a Nico cuando este le hace preguntas pero su estrategia de venta está dirigida esencialmente hacia mí, o sea la mujer de la casa, quien según sus criterios ha de ser quien toma la resolución (en nuestro caso no se aplica pero ta, no le iba a explicar que la compra de la heladera nos concierne a los dos por igual, pues ambos somos igualmente utilizadores de la misma). Cuando elegimos la que queremos, queda un tanto sorprendido al ver que quien decide es Nico. Luego, viene el momento del pago, obviamente se dirige a Nico y se sorprende al constatar que soy yo quien elige el método de pago (imagino que en su cabeza no entraba esta manera de funcionar una pareja, jaja). Y aquí les presento el remate final, cuando damos los datos para la entrega, soy yo quien recibirá el llamado en mi trabajo para avisarnos, así que me pide mi apellido, se lo doy y listo los papeles. Arreglamos el pago y cuando salimos, se despide dándonos la mano a los dos y saludando a Nico con mi apellido. JUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!
Acá si que la rompe toda. Saben bien que mi cara es bastante expresiva, ¿se imaginan la expresión de Nico cuando escucho que se dirigían a él con mi apellido? Claro, para el vendedor, es obvio que aunque esta pareja resuelve diferente según sus patrones, es CLARO que la mujer llevará el apellido de su marido y ESO NO SE DISCUTE.
A la salida, comentamos el hecho, la verdad es que a los dos nos causa mucha gracia.

Pero no acaba acá, damos otras vueltas y nos volvemos en taxi pues comenzó a llover. El chofer, del mismo origen que el Sr. vendedor, busca tema. En sus concepciones vertidas, es fácil notar que su mentalidad es un tanto arcaica, pues habla de las maldades de esta sociedad, y de Internet como la causante de la fusilada de Montreal, entre otras cosas. Pero la rompe todas cuando dice, textual: “bueno, yo no digo que no haya que pegarles a los niños y a las mujeres, aunque ciertamente estos a veces se lo merecen. Pero en esta sociedad, no se los puede tocar. Luego ellos te denuncian y ni te podes acercar a los tuyos.” Verónica pensaba: ¡POR SUERTE! Y la remata diciendo: “Es cierto que las mujeres adquieren algunos derechos aquí, yo estoy de acuerdo con eso, pero a veces se les va la mano, tienen demasiado”. Agradezco a todos los dioses del Olimpo que cuando hizo ese comentario estábamos justo enfrente al apartamento y además que Nico no le dio la razón en ningún momento, porque las ganas que tenia de pegarle una buena patada en las canillas (por no decir en otro lado) y de cantarle unas cuantas verdades, se vio aplacado por la llegada. Digamos que zafo….
Con Nico nos reímos un rato comentando ambos hechos, luego estuvimos de acuerdo en que por más que uno emigre, la esencia innata que traemos no se pierde y no hay sociedad en la uno se inserte con que darle. Por suerte, el macho que tengo al lado está bastante domesticado….

Vero

2 Comments:

At 7:12 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo también me divertí mucho con lo que vivieron ese día.
Es así, no hay sociedad, ni país, ni nada que cambie ese sentimiento.
Y sin embargo es tan fácil darse cuenta que hoy día todo ha cambiado y que la mujer y el hombre están al mismo nivel en todas esas cosas.
Me alegro también Vero de verte tan animada.
Me enteré que pronto viajás nuevamente.
Menos mal que falta poco para que termine el año, porque si no te recorrías el mundo.
Bueno, igual podés seguir el año que viene, pero como yo te digo: "ESTE ES TU AÑO", así que aprovechalo.
Muchos besos.
Brenda

 
At 11:50 a. m., Blogger VeroMontreal said...

Che qué cosa, no puede andar uno por ahi viajando sin que se enteren en el Sur!!!!!

Sabes que acá el año acaba de comenzar? En el Norte, en setiembre es la vuelta a clases, todo el mundo comienza a andar derechito! Con esto te quiero decir que como por acá el año no termina en diciembre, quizás siga viajando un tantito más!!!!

A ver si los machos de casa siguen siendo tan machos..... JA!

Muchos besos,

Vero

 

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