martes, abril 11, 2006

Neruda y yo...

Del Benedetti del otro día, los acerco ahora a Neruda. No hace fecha de su nacimiento, ni de su muerte, ni de nada en especial. ¿Es que acaso debemos de acordarnos de los grandes poetas cuando suceden fechas importantes?
Lo leí por primera vez, cuando tenía alrededor de 12 años. Recuerdo haber encontrado en la biblioteca de mis abuelos maternos, un librito chiquito con varios de sus poemas. Estos no eran de los más conocidos. Lo sé porque a todos, grandes y chicos, a quienes les leía algo de ese libro, se mostraban asombrados. Desconocían esos poemas por no ser, digamos, de los más trillados. Cosa que a mi me encantaba, pues yo sentía que era especial, como si estuviese escrito sólo para mi. Poseía un gran tesoro entre mis manos. Ese librito me acompañó, sin temor a equivocarme, sus buenos dos años. Es que siempre le encontraba algo más que me fascinaba de su escritura. Siempre le descubría algo nuevo y maravilloso.
Quizás debido a la pasión de Neruda por la su isla, quizás porque habito una isla, quizás porque añoro mi mar, quizás porque no haya explicación, quizás porque sólo lo sienta así, en fin, vaya uno a saber porqué, de todos sus poemas, elegí este para compartir con ustedes…

Vero
La noche en la isla
.
Toda la noche he dormido contigo
junto al mar, en la isla.
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño,
entre el fuego y el agua.

Tal vez muy tarde
nuestros sueños se unieron
en lo alto o en el fondo,
arriba como ramas que un mismo viento mueve,
abajo como rojas raíces que se tocan.

Tal vez tu sueño
se separó del mío
y por el mar oscuro
me buscaba
como antes,
cuando aún no existías,
cuando sin divisarte
navegué por tu lado,
y tus ojos buscaban
lo que ahora-pan, vino, amor y cólera-
te doy a manos llenas
porque tú eres la copa
que esperaba los dones de mi vida.

He dormido contigo
toda la noche mientras
la oscura tierra gira
con vivos y con muertos,
y al despertar de pronto
en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
pudieron separarnos.
He dormido contigo
y al despertar tu boca
salida de tu sueño
me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
del fondo de tu vida,
y recibí tu beso
mojado por la aurora
como si me llegara
del mar que nos rodea.
.
Pablo Neruda (1904-1973)

2 Comments:

At 5:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

Preciosa historia de un libro entre unas apasionadas manos.
Y la verdad la elección que has hecho no te puedes hacer idea de cómo me he sentido identificado con esas palabras hace unos días.
BesoTe. De DeSeOso

 
At 7:44 p. m., Blogger VeroMontreal said...

Hola DeSeOso!

Bienvenido a mi casa!

Me da gusto saber que te has identificado con la eleccion del poema de este gran poeta. Definitivamente es uno de mis favoritos!!!

Besos

Vero

 

Publicar un comentario

<< Home


Estadisticas de visitas